
Se ha distribuido por las webs de las actuales sociedades científicas de laboratorio clínico, Asociación Española de Biopatología Médica (AEBM), Asociación Española de Laboratorio Clínico (AEFA) y la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQC-ML) una carta publicada el pasado veinticuatro de abril en Diario Médico firmada por los presidentes de estas asociaciones y los de las comisiones nacionales de las especialidades de Análisis Clínicos, Dr. José Antonio Noguera y de Bioquímica Clínica, Dr. José Luis Bedini, con el título de «Por la fusión de Análisis Clínicos y Bioquímica Clínica».
La fusión de estas especialidades, como se recoge en esta carta, ya se planteó hace años (año 2013) de cara al planteamiento troncal de la formación de las especialidades sanitarias. La vía troncal fue recurrida por sociedades también implicadas en el laboratorio clínico y, por cuestiones de tipo económico, sus recursos fueron validados judicialmente dando por finalizada esta vía de formación troncal, en la que había mostrado interés la Asociación Española de Genética Humana como vía para que la genética clínica quedase integrado en los programas de formación sanitaria especializada.
Según se dice en la carta referida durante algo más de año y medio se constituyó una comisión nacional de la especialidad fusionada de cara a la elaboración del programa formativo. Año y medio de trabajos que desconocemos -al menos quien escribe- a qué punto llegó, aunque fuera como borrador. Lo mismo ocurre con la actual propuesta que tanto beneplácito suscita en nuestras actuales sociedades y los presidentes de las comisiones nacionales de ambas especialidades.
Del contenido de la actual propuesta de programa e itinerario formativo, que se presentó en el año 2020 a la Dirección General de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad y al Consejo Nacional de Especialidades, sin que se haya hecho público, podemos intuir que será esencialmente el que ya existía para la especialidad de Análisis Clínicos, pues como ya anunció en el congreso del Laboratorio Clínico del año 2020 el Dr. Bedini, el planteamiento no implicaba problema para aquellas unidades docentes acreditadas para Análisis Clínicos (o para las que estuvieran acreditadas para ambas especialidades), necesitando una nueva acreditación aquellas unidades docentes que en la actualidad sólo forman especialistas en Bioquímica Clínica. Según la carta citada, el 85% de las actuales unidades docentes quedarían acreditadas de forma automática y el resto, no le sería difícil porque están «en centros de tercer nivel». ¿Se puede entender esto como una fusión o como lo que es sin eufemismos, la desaparición de la especialidad de Bioquímica Clínica? ¿Por qué han de acreditarse en esta fusión los centros que forman de manera exclusiva especialistas en Bioquímica Clínica si la fusión se realiza en lo que es trabajo compartido cotidianamente en nuestros laboratorios sin distinción de especialidad formativa de origen? Creo que la respuesta es que ese programa insiste en que se tengan competencias nucleares de la especialidad lo que ya está reconocido para las especialidades de Inmunología Clínica, Microbiología Clínica y de Hematología y Hemoterapia, al modo que ya lo tiene la especialidad de Análisis Clínicos, simplemente actualizado por algunos aspectos relacionados con la genética y la biología molecular que estaban más desarrollados en el programa de Bioquímica Clínica.
Aunque los firmante pudieran comprometerse a un proceso de acreditación rápido, algo que desmiente el día a día de los ministerios implicados en la formación sanitaria desde hace años, ¿de verdad se puede entender esto como un programa actualizado a las necesidades de nuestro tiempo y sobre todo de futuro, pues sus últimas consecuencias las vivirán quienes todavía no han iniciado su vida profesional en ninguna especialidad?
Quede claro que entiendo que todos estamos de acuerdo que no tiene sentido alguno la existencia de dos vías formativas, para como se dice, un mismo trabajo. La troncalidad, que hubiera sido una buena solución a mi modo de entender, ya nadie la reclama y en este desamparo, en este impás, otras sociedades, como la AEGH están buscando una salida propias y si bien no han logrado su objetivo de una especialidad propia de genética clínica si que han conseguido ponerlas en la lista de las siguientes a desarrollarse, sin que nada se hable de la nuestra desde la oficialidad ministerial, junto con la especialidad de infecciosas. De conseguirlo la fusión resultaría una «fusión fría», pues ese área competencial quedaría de nuevo sujeto a lucha, afectando de nuevo a profesionales de una u otra especialidad.
Para no extenderme más, y teniendo en cuenta que esta es una opinión con una propuesta clara y entendiendo que tampoco se justifica la existencia de tres sociedades cuando parece que la cotidianeidad del ejercicio, como ellos dicen, ha ido eliminando barreras hay que plantearse, tanto asociativamente como de cara a la formación de los nuevos profesionales que son el futuro de nuestra especialidad, las cosas de un modo distinto. Podemos anclarnos en la nostalgia o en el rencor, pero ninguna vía es integradora y, aunque seguramente sea visto como un planteamiento ingenuo, desde aquí invito a todos, independientemente de su especialidad de procedencia, de su carrera de origen, de la asociación a la que pertenezca para que aboguen por la creación de una asociación unificada para una especialidad unificada cuya denominación debe dirigirse a sus ámbitos competenciales centrales, de presente y de futuro, esto es la Bioquímica y Genética Clínica.
Fdo. José Antonio Navarro.
Especialista en Bioquímica Clínica.
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